La resistencia campesina de Cajibío frente al monocultivo y el despojo de la multinacional Smurfit Kappa
En las montañas verdes del municipio de Cajibío, en el departamento del Cauca, un antiguo conflicto resuena entre el eco de las hachas y el susurro de los árboles caídos. La tierra que alguna vez alimentó a las comunidades campesinas e indígenas de la región se ha transformado en un escenario de disputa, de cara al monocultivo de pino y eucalipto impuesto por Smurfit Westrock, la fusión de las dos empresas transnacionales Smurfit Kappa (Irlanda) y Westrock (Estados Unidos).
Por Camilo Gómez
21 de Febrero del 2025
Familias Agrarias Campesinas del Cauca se movilizan en los territorios recuperados de Cajibio durante la caravana humanitaria de REDHER en el 2024. © Camilo Gómez
Sin embargo, la historia de Cajibío no es solo una historia de despojo, es también una historia de resistencia. Desde el 2021, las comunidades campesinas e indígenas han iniciado un proceso de recuperación del territorio, retomando lo que por derecho les pertenece. Este movimiento, liderado por el Coordinador Nacional Agrario (CNA) y apoyado por los pueblos indígenas Misak y Nasa, no solo busca la recuperación de las tierras privatizadas, sino también la regeneración del tejido social y la revitalización del suelo. Las primeras siembras, aunque pobres en cosecha debido a la degradación histórica del terreno, son un acto de esperanza y un paso hacia la recuperación de la autonomía alimentaria, la reconstrucción de la vida comunitaria y el tejido social.
Pero la resistencia no ha sido fácil. La sombra del conflicto armado se cierne sobre Cajibío, y la respuesta de Smurfit Kappa ha sido, como en otros tiempos, la intimidación y la violencia. Las amenazas, los atentados y las persecuciones políticas son el precio que han tenido que pagar los líderes comunitarios de estos territorios por defender su tierra.
Los vínculos entre la transnacional y los grupos armados, tanto paramilitares como disidentes de las FARC, son un recordatorio de que, en Colombia, el poder económico y la violencia están íntimamente ligados.
Este conflicto, como tantos otros en nuestro país, no es solo por la tierra. Es una lucha por la dignidad, por la supervivencia, por la vida misma. Las comunidades de Cajibío, con su resistencia, nos recuerdan que la tierra no es solo un recurso a explotar, sino el hogar que sostiene nuestras vidas. Y es en esa tierra, en su recuperación, donde se juega el futuro de estas comunidades y al final de cuentas, de toda Colombia.
Un Territorio Campesino Agro-Alimentario fue declarado en las tierras recuperadas. © Camilo Gómez
Smurfit Kappa, con su historial de explotación y destrucción, representa el rostro más cruel del capitalismo global. Pero las comunidades de Cajibío con su lucha incansable, nos muestran que otro futuro es posible. Un futuro donde la tierra vuelva a ser de quienes la trabajan, donde los ríos corran libres, y donde la vida, en todas sus formas, sea respetada y protegida.
La acción del Estado se ha limitado a la formalización y a la adjudicación de la tierra, ignorando la realidad rural en cuanto a la concentración y la distribución de la tierra en el país. Es hora de que el Estado y el gobierno colombiano dejen de ser cómplices de estas empresas transnacionales y tomen medidas efectivas contra la vulneración de derechos, con miras a una reforma agraria que garantice un mejor uso y distribución de la propiedad privada. Solo así será posible dinamizar de una manera más activa y equitativa la economía y autonomía de las regiones.
La recuperación de la tierra en Cajibío no es solo una cuestión de justicia social, es una necesidad urgente para la supervivencia de estas comunidades y del medio ambiente. El desmantelamiento del paramilitarismo y la implementación de políticas que verdaderamente protejan los derechos de los campesinos e indígenas, son pasos indispensables para avanzar hacia una paz duradera y una Colombia más justa.
En Cajibío, la lucha continúa. Y es una lucha que nos concierne a todas y todos.
Por Camilo Gómez
Escrito por Juan Santoyo
Mientras avanza una crisis ambiental global que amenaza con la multiplicación de los conflictos sociales, la disputa por el acaparamiento, uso y aprovechamiento de los bienes comunes tales como el agua, resulta mediada por las lógicas del mercado y de las armas. De esta manera, la carrera por controlar las fuentes energéticas convencionales…
Escrito por Juan Sebastian Reyes
Los Territorios Campesinos Agroalimentarios (TECAM), son una figura de ordenamiento territorial y gobierno propio campesino que busca reconocer y proteger las formas de vida, producción y organización de las comunidades campesinas. Surgen como una propuesta para garantizar la soberanía alimentaria, la permanencia en el territorio y el acceso a derechos fundamentales en contextos rurales, en respuesta a las históricas desigualdades, la concentración de la tierra y el impacto de la violencia.
Escrito por Samanta Quintero ; Yhaira Rincon ; Lucas Taffin y Juan Santoyo
Este no es un artículo que se especifica en hablar del fin de la humanidad, ni que faltara menos, suficiente drama tenemos en el presente. Sin embargo, tocar temas como este se vuelve esencial si consideramos que existen actividades humanas que generan cambios trascendentales en el planeta, reflejados en el cambio climático, la pérdida y el deterioro ecosistémico…
Al otro lado del charco, ya se escuchan lamentos como el de Olivier, agricultor francés que, junto con su esposa se preguntan cómo van a hacer para regar sus cultivos este verano, frente al pronóstico de escasez generalizada de agua en su región…